Amor de lejos no es amor de pendejos, !Es amor de luchadores!

La distancia evita el acercamiento físico,
pero nunca la complicidad de las almas y la magia del amor.


Las relaciones a distancia, tanto las amistosas como las amorosas, se vuelven cada vez más comunes gracias a las facilidades que ofrece la era digital para estar en contacto. A pesar de esto, las personas parecen tener cierto pesimismo frente a los amores separados por miles de kilómetros. Y claro, hay muchos factores que inciden para que estas relaciones se mantengan o no.


A continuación una lista de lo que deberías y no hacer en una relación de distancia


Lo que más hay que cuidar: 


Por trillado que suene es que la comunicación, es muy importante transmitir al otro si uno está triste, feliz, los sentimientos... así el otro se sentirá libre para compartir también sus vivencias. Además, es muy importante hacer sentir a la otra persona que es especial. También hay que cuidar la confianza, el valor del compromiso con el otro, la honestidad, la flexibilidad, sinceridad, tolerancia, que sigan vivos los proyectos que han empezado juntos...

Los errores que nunca se deben cometer: 


Nunca hay que dejar de hacer sentir al otro que es único. No hay que caer en la ambigüedad, la falta de comunicación o por el contrario agobiar constantemente, dejar pasar las cosas que duelen, no transmitir afectos, preocupaciones, la intolerancia, la falta de apoyo y la impaciencia. Con el paso del tiempo se puede producir un enfriamiento de la relación, o puede faltar confianza (por ejemplo, al no conocer el entorno del otro) y se puede dar el riesgo de la infidelidad.

Nuevos retos:


 La separación introduce cambios en la forma de relacionarse la pareja. Por eso, es conveniente hacer pequeñas modificaciones: por ejemplo, esforzarse más por valorar al otro, reconocerle lo bien que hace algo, lo a gusto que se siente...

Todas las relaciones necesitan piel con piel. Hay que intentar verse personalmente los fines de semana, cada quince días o una vez al mes, fijar la fecha y respetarla. El contacto físico, una abrazo, una caricia, la sexualidad, sentir al otro es importante para la pareja. Si no es posible por la distancia o la situación económica, una videollamada por Internet puede aminorar la distancia, siempre respetando el día y la hora.

Cotidianidad: 


Internet, los celulares... facilitan un contacto diario, que es fundamental para mantener la relación, siempre que la pareja así lo acuerde. Videoconferencias frecuentes, SMS, enviar fotos, mandar links o canciones significativas por correo electrónico, un guiño en las redes sociales... hace que una persona se sienta querida y se percate de que se la echa de menos, incluso la misma cena a ambos lados de la pantalla, compartir una película y luego comentar...

Salpicar el día con atenciones inesperadas: 


desde unas flores, enviar un e-mail, una carta o hacer las galletas que tanto le gustan... Cualquier sorpresa es un detalle para el que está lejos: “me acordaba de ti hoy cuando...”; “se me ocurrió que podríamos hacer…”

No te dejes llevar por los días malos, celos o frustraciones:


 Por supuesto que es difícil, no sabes a detalle el lugar lo que hace a cada minuto, pero en realidad nunca lo sabemos. Los celos pueden nublar la realidad. Hay que comentarlos con la pareja, pero siempre es más saludable plantear que el problema como algo que le sucede al que siente los celos.

Tómate tu tiempo: 


Es difícil, pero debes ser consciente de que existe un proceso interno de adaptación a la ausencia. En los primeros momentos se pasa por un estado emocional marcado por la añoranza y la nostalgia de la separación y se echa de menos a la pareja. Después se irá aceptando la nueva situación centrándose en la rutina del día a día sin perder contacto diario.

Ponte en su lugar: 


La persona que ha cambiado de ciudad o de país puede, o no, necesitar cierto apoyo porque sienta soledad, incertidumbre o cierto desarraigo. Contarle tu día a día puede ayudarle, incluso ofrecerle reuniones una vez por semana con los amigos a través de internet o de una videoconferencia.
No es el fin del mundo: Tanto uno como el otro tiene que seguir enriqueciendo su vida con otras actividades y no hundirse en la tristeza de la separación. De esta forma se sentirá bien y podrá comunicar y comentar nuevas experiencias al otro.

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