Las palabras tienen un increíble poder, Sanar o Destruir/ Palabras insensatas, maliciosas, incendiarias
- "La verdad puede compararse con una piedra preciosa.
Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente será aceptada con agrado".
Reflexion de vida:
Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes.
Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño.
- ¡Qué desgracia Mi Señor!
- exclamó el Sabio
- Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
- ¡Qué insolencia! - gritó el Sultán enfurecido
- ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado.
Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
- ¡Excelso Señor!
Gran felicidad os ha sido reservada.
El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa
y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio.
No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
- Recuerda bien amigo mío
- respondió el segundo Sabio
- que todo depende de la forma en el decir...
uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
- De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.
Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
Reflexiones sobre la vida:
Con nuestras palabras insensatas, maliciosas, incendiarias y cargadas de fanatismo podemos avivar el furor, el rencor, el resentimiento de unos hombres contra otros y así frenar la vida.
Pero con nuestras palabras sabias, mesuradas, pacíficas, ungidas, podemos desarmar a los hombres, aplacar su ira, quitar los odios, la mala voluntad y la prevención que algunos puedan tener contra otros y así empujamos las buenas causas.
La palabra es la fuerza más poderosa del mundo.
Palabras positivas de amor, esperanza y estímulo pueden llevar a las personas a nuevas alturas. Palabras de frustración, odio y vulgaridad pueden perjudicar enormemente a un ser humano.
Que sus palabras sean limpias, santificadas, vivificadoras. Diga solamente palabras de vida, de bondad, de dulzura, de belleza, de bendición, de pureza, de alegría y de ánimo.
Las palabras de amor, de ternura y de caridad santifican nuestra influencia sobre los demás.